sábado, 26 de diciembre de 2015

El túnel Belchen.

Una de las entradas del túnel Belchen.
Entre las ciudades de Eptingen y Hagendorf en Suiza, se encuentra el túnel Belchen; el cual atraviesa el condado de Basel y Solothurn, y mide más de tres kilómetros de largo.
En enero de 1981 comenzaron a tenerse reportes de encuentros con la "Veisse Frau", una anciana vestida de blanco que pedía aventón en una de las entradas del túnel, aunque en ciertas versiones de la historia incluso aparece repentinamente frente a los conductores y habla con ellos. Hay que aclarar que Belchen cuenta con varios fantasmas, y la Veisse Frau no es la primera en aparecer. Ese honor pertenece a un campista masculino que pide aventón y se desvanece al llegar a la mitad del túnel.

La leyenda de la Veisse Frau se origina el 6 de enero de 1981 cuando el tabloide Blick escribió un reportaje sobre los avistamientos de una mujer espectral en el túnel. A los pocos días, varios medios comenzaron a cubrir la noticia y la policía del condado de Basel fue inundada con llamadas de personas que decían haber visto a la aparición.
La racha de reportes aparentemente finalizó a mediados de ese año, tomando fuerza de nuevo en 1983 cuando el Baselbieter Sagen publicó la historia de un encuentro que tuvo lugar pocos días antes. La historia reza que dos mujeres que manejaban por la autopista de camino a Hagendorf vieron a una mujer de edad media vestida con ropas antiguas y caminando torpemente a lo largo del camino. Pensando que se trataba de alguien en problemas, se detuvieron para preguntarle que si se sentía mejor.
La mujer sin embargo, respondió únicamente: "No. Desafortunadamente. No, no estoy para nada bien. Algo realmente terrible va a suceder, algo muy desagradable."
Al hacer esto, la mujer desapareció en el aire ante la mirada perpleja de las jóvenes.

Otros espíritus de las cercanías del túnel fueron reportados por el Baselbieter Sagen, mencionando en particular "La dama del castillo Heidegg", "la doncella montada en la cabra" y "La mujer blanca de Zunzgen". En la región de Laugelfingen aparecen una mujer con un vestido verde y una niña con un chaleco de cuero. En Basel, se vió a un hombre vestido de negro que profetizó un terremoto y un invierno difícil para después desaparecer. 

viernes, 18 de diciembre de 2015

El Hombre Achicharrado.

Al sur del condado de Ventura, en California, existe un sitio llamado Camp Comfort County Park; y a simple vista asemeja ser no más que un parque común y corriente. Pero en él existen leyendas de varios espíritus que deambulan por sus prados y veredas al anochecer.
Las almas en pena del parque son muchas. Se habla de una novia que hace autoestop al lado del camino, su vestido ensangrentado y el rostro cubierto por un velo que no deja ver sus facciones hasta que ya es demasiado tarde: una joven que monta a caballo y cada año repite las circunstancias de su muerte al caer de su montura, un motociclista decapitado por un choque con un camión, y que surca los caminos a gran velocidad; el esqueleto de un vampiro que yace en un ataúd sellado y un perro fantasma.
De interés es el puente a mitad del parque. En él, se habla de dos niños con ropa victoriana que aparecen corriendo y jugando para después saltar hacia el río que corre debajo; la mano de un niño que, como una tarántula espectral, se arrastra por la baranda; y un autobús antiguo ocupado por las almas de doce niños y un conductor que fallecieron al caer al río en la década de 1940.
Pero de estos, el más famoso (y perturbador) es el Hombre Achicharrado.
Al otro extremo del puente, más allá de donde aparecen el autobús, la mano o los niños juguetones; se presenta el espíritu del Hombre Achicharrado, un horripilante ser de piel carbonizada que emerge del bosque y ataca a todos aquellos que cometen el error de bajarse de sus autos al atravesar el puente.
No se sabe si es un fantasma o un monstruo, pero lo cierto es que el Hombre Achicharrado no es un ser humano. Su piel está cubierta por vastas costras ennegrecidas, lleva vendajes harapientos y emite un nauseabundo olor a carne quemada que puede ser percibido a gran distancia.

Pero como con todas las leyendas, siempre hay variaciones respecto al origen de tan pavorosa aparición.
Aunque de manera curiosa, todas tienen su origen en un incendio acaecido en el año de 1948, cerca de donde hoy está el puente del parque.
En la primera versión, un padre y su hijo fueron quemados hasta quedar irreconocibles; falleciendo el padre al cabo de unos minutos. El hijo sobrevivió, pero el dolor y la imagen de su propio cuerpo quemado lo volvieron loco; reduciéndolo a un inhumano feroz y salvaje.
Se dice que cuando llegaron los rescatadores, solo encontraron el cuerpo desollado del padre colgando de la rama de un árbol. El hijo escapó a los profundos bosques y se convirtió en el espectro con el tiempo.
En la segunda historia, una pareja queda atrapada al quemarse su casa. El esposo intenta rescatar a su mujer, que grita "¡Ayúdame!" una y otra vez; pero sus propias quemaduras le impiden hacerlo. En su desesperación, solo puede ver como su esposa es consumida entre las llamas hasta quedar convertida en huesos negros y humeantes. Esto lo enloqueció.
Una tercera sostiene que el Hombre Achicharrado fue un bombero que perdió la cordura al no poder salvar a una familia en ese incendio de 1948.
Finalmente, la última versión toma lugar en 1950. En esta, un conductor que cruzaba el puente chocó al ver a uno de los fantasmas que pueblan el parque; y no pudo escapar cuando su vehículo accidentado empezó a quemarse. Ciego de dolor y torturado por las almas del parque, salió huyendo como pudo hacia el bosque; donde murió y quedó condenado a vagar como el Hombre Achicharrado.

Sin embargo, los policías del condado Ventura narran otro origen más factible y tal vez mucho más doloroso que las primeras cuatro versiones.
En la década de 1960, se decía que cerca del parque vivía un anciano que sufría de un terrible cáncer de piel. La enfermedad, agresiva, le deformó el rostro y un brazo; dejándolo desfigurado y con la apariencia de un muerto viviente con desagradables quemaduras. Esto lo volvió un ermitaño y lo obligó a solo salir por las noches.
Ocasionalmente era visto por jóvenes que viajaban en auto o motocicleta; y que confundían la silueta jorobada y oscura al lado del camino con un alma en pena. Estos encuentros corrieron de boca en boca, y con el tiempo evolucionaron hasta convertirse en la leyenda del Hombre Achicharrado.

La Muerte Blanca.

Durante años ha habido reportes de encuentros con un monstruoso tigre conocido como la Muere Blanca en las regiones más recónditas de Alaska. 
Hace unos años, el programa televisivo "Destination America" realizó un reportaje como parte de la miniserie "Alaska Monsters"; en la cual un habitante del pueblo de Paxston le mostró al equipo una fotografía tomada en una Trailcam. En la imagen aparece un gato de gran tamaño, mucho mayor al del puma, el lince o el bobcat. Posiblemente la Muerte Blanca.
La fotografía de la Trailcam.
La leyenda reza que la Muerte Blanca o Tigre de Alaska, es un despiadado carnívoro que mide casi tres metros de largo, pesa media tonelada y está cubierto por un grueso pelaje blanco. Algunas variaciones dicen que tiene afilados colmillos de sable.
Se le reportó por primera vez hace doscientos años, cuando varias tribus nativas de Alaska comenzaron a avistarlo durante fuertes tormentas invernales que la bestia aprovechaba para poder cazar y robar no solo ganado, si no personas. Se cree que por cada víctima humana, la Muerte Blanca obtiene una raya nueva en su pelaje.
Hasta hoy, camioneros y equipos de trineos jalados por perros dicen encontrarse con el monstruoso gato en noches particularmente frías; y que siempre es antecedido por un fuerte rugido que paraliza a las personas.
Las teorías sobre la identidad de la Muerte Blanca son variadas. Y van desde animales escapados de zoológicos, variedades desconocidas de grandes felinos, tigres dientes de sable sobrevivientes e incluso entidades sobrenaturales del invierno como el Wendigo.

El Tigre Siberiano.
El primer sospechoso es el Tigre Siberiano (Panthera Tigris Altaica), el cual es el felino más grande existente en la actualidad. El récord de tamaño fue un macho que medía una longitud total de 3.50 metros y pesaba 384 kilogramos; y que fue asesinado en 1950 por un cazador en las montañas de Sikhote-Alin.
En cautiverio, el tigre siberiano llega a pesar hasta 465 kilos, el record de "Jaipur".
Sabemos por el registro fósil, que en Alaska llegó a haber ejemplares de Tigre Siberiano en algún momento del Pleistoceno; y que llegaron al continente por medio del estrecho de Bering. La distribución de la especie en ese entonces era mucho mayor a la actual, y abarcaba grandes extensiones de Siberia, la península de Kamchatka, el estrecho de Bering y llegaba hasta el centro de Canadá.
Hoy existen más de diez mil tigres viviendo en zoológicos, parques de safari, reservas y en domicilios privados en Estados Unidos y Canadá; lo que demuestra su enorme capacidad de adaptación a varios ecosistemas.
Regresando a la teoría de que la Muerte Blanca sea parte de una población sobreviviente de tigres; es factible que una pequeña subespecie o grupo de tigres pueda mantenerse oculta en la espesura de los bosques de Alaska, especialmente en sitios donde se han hallado fósiles de estos animales que datan de hace 11,000 años. 

Homotherium.
Otro posible candidato es el Homotherium, parte de un género extinto de felinos dientes de sable también denominados "Gatos Cimitarra"; y que fue particularmente diverso entre el Plioceno y Pleistoceno. Estos gatos llegaron a habitar Norte y Sudamérica, Eurasia y África; extinguiéndose tan solo hace 28,000 años.
El Homotherium llegaba a medir 1.10 metros de alto y pesaba entre 150 y 200 kilos; similar en tamaño y peso a un león africano macho. Comparado con otros gatos dientes de sable como el Smilodon o el Megantereon, el Homotherium tenía colmillos más cortos e incisivos y caninos inferiores diseñados para sujetar presas vivas; similar a como caza el tigre moderno.
A simple vista, el Homotherium tenía más en común con una hiena (patas delanteras largas en comparación a las posteriores, una postura similar a la de un oso y cola corta) que con el género Panthera.
Por la morfología de su cráneo con grandes aperturas nasales, se cree que el Homotherium era un corredor de alta velocidad similar al guepardo, y que era un depredador diurno, a diferencia del resto de otros felinos.

Smilodon.
El Smilodon, el más representativo de los famosos "tigres dientes de sable" fue un animal que vivió en el continente americano hasta hace 10,000 años; en tres subespecies: Smilodon Gracilis, Smilodon Fatalis y Smilodon Populator.
Smilodon era un depredador enorme y más pesado que cualquier gato, con patas delanteras fuertes y colmillos de hasta 30 centímetros que usaba para matar con precisión a sus presas. Smilodon Fatalis, la especie más numerosa en América del Norte, llegaba a pesar hasta 400 kilogramos y a medir poco más de 1.20 metros hasta los hombros. 
En Norteamérica cazaba animales de gran tamaño como el bisonte y el camello, saltando sobre ellas y mordiéndoles el cuello. Este animal desapareció hace 10,000 años junto con los mamuts y gran parte de la megafauna norteamericana; posiblemente como resultado de la intervención de los seres humanos, el cambio climático o la extinción de sus presas pesadas y la aparición de herbívoros más veloces.
Rumores de avistamientos de estos animales vienen no de Norteamérica, si no de países sudamericanos como Colombia, Paraguay y Ecuador; donde se les describe como depredadores con pelaje atigrado y de dimensiones mayores a las del jaguar.

jueves, 17 de diciembre de 2015

Los Nightmarchers.

"Lo primero que escuchas son los tambores a la distancia. Luego viene un olor fuerte y horrible, y escucharás un caparazón siendo soplado como advertencia para salir huyendo. Entonces las antorchas. Más y más brillantes mientras se acercan. Es entonces que tu mejor opción para sobrevivir es tener a un ancestro entre ellos.
Él gritará ¡Na'u! que significa 'mío'. Si estás en la línea de sangre de un Nightmarcher, entonces no sufrirás daño. Y no importa qué pongas en su camino, ellos lo atravesarán. Son la vanguardia de un jefe sagrado, muy poderoso en vida."
-Po Kane, en el libro "Haunted Hawaiian Nights".


En el folklore Hawaiiano, los Nightmarchers ("huaka'i po") son un ejército espectral conformado por las almas de antiguos guerreros Hawaiianos; los cuales salen de los cementerios durante ciertas noches especiales para acudir a antiguos campos de batalla u otros sitios sagrados.
Se dice que cualquiera que los ve o es visto a su vez por los guerreros morirá a menos de que un familiar o ancestro se encuentre en las filas de la procesión fantasmal. Los Nightmarchers avanzan por campos y bosques al anochecer y poco antes de la salida del sol; acompañados por tambores y cánticos que hielan la sangre de quien los oye.
Al oírlos, cualquier persona en las cercanías debe ir a refugiarse para evitar caer ante la maldición. Ciertas variantes de la tradición dicen que lo mejor es tirarse al piso para no ser visto, y que esta práctica sirve también para mostrar respeto por los viejos soldados. También sirve poner hojas de la planta "tí" cerca de casa para ahuyentar a los espíritus; y se menciona que tenerle un gran respeto a los Nightmarchers puede resultar en una suerte favorable.

Los Nightmarchers aparecen como feroces guerreros translúcidos que parecen ir camino a una batalla. Llevan cascos y capas elegantes, armas antiguas y tocan fuertes tambores de piel. Estos espíritus buscan reclamar el territorio robado por los colonos estadounidenses, representar batallas fallidas, vengar sus muertes e incluso buscar una entrada al mundo de los muertos.
Se dice que existe un "ali''" o gobernante que guía a estos seres a sitios de gran importancia, y es el encargado de darle la bienvenida a nuevos guerreros al ejército de los muertos.
La marcha por lo regular es conducida por un jefe, y dependiendo de como fue éste en vida es el tono de la marcha. Un jefe que amaba la música sería honrado con fuertes cánticos y tamborazos. Alguien tranquilo y callado lideraría una marcha silenciosa. 
Se cree que algunos dioses marchan con ellos en algunas noches, y es en estas ocasiones que las antorchas de los Nightmarchers brillan más en la oscuridad. De toda la plétora de dioses Hawaiianos, es la diosa Hi'iaka-i-ka-poli-o-Pele quien es encontrada comúnmente entre la marcha.

Se cree que los Nightmarchers rondan sitios muy específicos y pueden ser reconocidos por los cantos que entonan a la distancia. Aunque hay algunos reportes de marchas durante el día, estos aparecidos tienden a ser más activos durante la noche; en especial cuando la luna llena brilla en lo alto del cielo. Quienes los han visto, dicen que flotan a unos centímetros del piso y que aún así dejan pisadas en los caminos por donde pasan.
Sitios como el mirador Nu'uanu Pali, el valle Ka'a'awa y Kahili en Oahu son conocidos por ser sitios de las marchas nocturnas; y se le pide a los visitantes extranjeros que tengan cuidado. 
Fotografía que muestra una supuesta procesión de Nightmarchers.
Otros sitios famosos son los siguientes:
La autopista Pali de Oahu: Corre a través del campo donde tuvo lugar una de las batallas más famosas del rey Kamehameha. Se sugiere evitar visitarla por las noches.

El campus de la Escuela Kamehameha en Kappamala, Oahu: Es un sitio de más de cien años de edad donde se ha visto a los Nightmarchers en varias ocasiones.

Rancho Kualoa, en la costa de Oahu: Los Nightmarchers recorren este sitio, donde se dice que yacen los restos de cientos de antiguos jefes Hawaiianos. Los soldados espectrales han ocasionado muchos incidentes durante la noche al aparecer frente a los autos que recorren el camino.

Bahía la Perouse: Al sur de Maui, en la reserva natural Ahihi-Kinau, se han visto procesiones de guerreros agresivos en los extensos campos cubiertos por lava seca.

Kaunakakai, Molokai: Es un gran centro de actividad, pues los restos del jefe Ili'ili'opae Heiau yacen en un templo cercano.

La'ie: Esta ciudad de Oahu era un refugio en el antiguo Hawaii, donde criminales y aquellos que ofendían las prácticas religiosas de los Aikapu eran encarcelados. Aún hoy, los espíritus de soldados rondan las afueras de La'ie en busca de prófugos. 

Centro de Honolulu: Se dice que hay un camino de Nightmarchers que corre a través del Davies Pacific Center. En el año 2012, algunas cámaras de seguridad del edificio supuestamente capturaron a los Nightmarchers en video. Una mujer de ascendencia nativa que estaba haciendo su trabajo durante la noche, murió al siguiente día de la aparición. Al mes siguiente, alguien dijo haber visto el espíritu de la mujer caminando junto a los Nightmarchers y desapareciendo en una pared.

El Campo Aéreo Dillingham: En 1995, un grupo de amigos que acampaba en la playa Mokule'ia dijo haber visto una procesión con antorchas que cruzaba la montaña cercana al campo aéreo Dillingham.

El campo Erdman: El campo Erdman es propiedad de la YMCA, y entre las prácticas de camping se le pide a los jóvenes que eviten caminar por un sitio donde los Nightmarchers suelen pasar durante el verano.

Hotel King Kamehameha: La leyenda local dice que el piso superior de este hotel está embrujado. En él se reportan pisadas, cánticos y gritos de guerra; así como apariciones de antiguos guerreros Hawaiianos. Se dice que esto se debe a que el Rey Kamehameha vivió en ese sitio años antes de morir.
Como dato curioso, hay una pintura de la Reina Liliuokalani en la planta baja. La imagen parece respirar y seguir a la gente con la mirada; por lo que se cree está embrujada.

Royal Kona Inn:  El hotel Royal Kona Inn fue construido sobre el antiguo camino de los reyes, donde hasta hoy pasan los Nightmarchers. Un huésped fue despertado a mitad de la noche, sintiendo que era asfixiado por unas manos invisibles. 

Keahou: Una leyenda urbana cuenta de una mujer que tomó una piedra de la playa de Keahou y la llevó a su habitación de hotel. Esa noche tuvo una pesadilla en la cual un guerrero Hawaiiano la atacaba y le ordenaba devolver la piedra a su lugar. Al día siguiente, la mujer fue a dejar la piedra de nuevo y dijo haber sido seguida a lo largo del camino por el mismo guerrero.

Playa Ke'ei: Apariciones de guerreros han sido reportadas por años en la playa Ke'ei de la isla principal de Hawaii. De acuerdo con los testigos, los fantasmas aparecen luchando con mazas de guerra; en representación de una batalla que tuvo lugar ahí.

Felícitas Sánchez Aguillón - La descuartizadora de la Colonia Roma.

Felícitas Sánchez Aguillón
Felícitas Sanchez Aguillón puede no ser tan conocida como las Poquianchis, la Mataviejitas u otras asesinas seriales mexicanas; pero no por ello sus crímenes cometidos durante la primera mitad del siglo pasado resultan menos crueles.
Al contrario, a diferencia de otras asesinas, los blancos de Sánchez Aguillón no eran ancianas o clientes de prostíbulos y prostitutas; si no niños recién nacidos o nonatos, a quienes ejecutaba por órdenes de las madres que buscaban abortarlos. Este dantesco comportamiento rápidamente le ganó seudónimos como "la trituradora de angelitos" o "la ogresa de la Colonia Roma"; y se dice que llegó a cometer más de cincuenta infanticidios, aunque los rumores apuntan a que debido a las circunstancias en que los cometía; la cifra actual podría ser mucho mayor.

La vida de Felícitas Sánchez.
Nació a finales del siglo XIX en una zona agreste del estado de Veracruz, el pequeño poblado conocido como Cerro Azul; y los detalles de su vida son desconocidos, con excepción de una relación de rechazo por parte de su madre que bien pudo haber sido la causa de su aberrante comportamiento.
Se sabe que era cruel con animales, disfrutando en particular al envenenar perros y gatos callejeros. Más tarde, durante la primera década del siglo XX, Felícitas obtiene el título de enfermera y empieza a laborar como partera en Veracruz; donde al poco tiempo se casa con un hombre pusilánime y sumiso llamado Carlos Conde. De esta relación nacieron dos gemelas que fueron vendidas por la mujer para solventar un poco la mala condición económica que tenían; lo que a Conde no le pareció y lo condujo a divorciarse de ella.
Nunca se supo qué ocurrió con las niñas, aunque Felícitas dijo jamás haber asesinado a alguno de sus hijos.
Felícitas Sánchez era una mujer de apariencia fea, descrita como "una bruja con ojos saltones, gorda, fea y repugnante"; de carácter fuerte, tendencias misántropas y comportamiento desagradable. Pese a ello, llegó a tener varias relaciones a lo largo de su vida, siendo todos estos cómplices de sus crímenes.
Después de separarse de Conde, decidió emigrar hacia la Ciudad de México en 1910; donde se estableció en la calle Salamanca de la Colonia Roma. Ahí rentaba una habitación en un departamento, el cual compartía con una mujer que rara vez estaba en casa. Eso le permitía tener el tiempo y espacio necesario para desempeñarse como partera y más adelante, cometer sus crímenes.
El trabajo de Felícitas era tan bueno que con el tiempo llegó a tener clientes de familias adineradas, lo que llamó la atención de los vecinos del edificio. Otro detalle en particular fue que las cañerías del edificio solían taparse constantemente por alguna razón; situación que Felícitas arregló al contratar a un plomero; y que del departamento llegaba a salir un humo negro muy fétido en alguans ocasiones.
La fama de Felícitas se extendió por la ciudad. Llegó a practicar abortos clandestinos y hacía visitas a domicilio en los barrios de clase más alta de la ciudad; atendiendo a las mujeres sin importar qué tan avanzado estaba el embarazo.
Durante este tiempo comenzó a traficar no solo con los niños que ayudaba a traer al mundo, si no con otros pequeños que eran vendidos por sus padres para salir de problemas económicos. Por este motivo fue detenida en dos ocasiones por intentar vender bebés; pero salió libre bajo fianza en ambas veces.
Con el dinero obtenido por los abortos, consultas y el tráfico de pequeños; Felícitas abrió una tienda que también fungía como clínica clandestina, a la cual llamó "La Quebrada".

La Ogresa.
Periódico narrando los crímenes.
El 8 de abril de 1941, la alcantarilla del edificio donde vivía Felícitas se tapó, lo que llevó al dueño de una tienda de abarrotes en el primer piso a llamar a albañiles que levantaran el piso del negocio para acceder a la claca. Lo que vieron al levantar las losas bastó para helarles la sangre y traumatizarlos de por vida: la alcantarilla se encontraba bloqueada por un tapón fétido compuesto por carne en descomposición, gasas y algodón. Incluso encontraron un pequeño cráneo de bebé flotando entre la porquería.
Felícitas era la única sospechosa debido a la naturaleza de su trabajo. Al catear su departamento, encontraron en su habitación un altar digno de una película de horror: velas, agujas, ropa de bebé, un cráneo humano y fotografías de sus víctimas a manera de trofeos. Felícitas no fue atrapada de inmediato, pues se había dado a la fuga.
Dos días después, el 11 de abril de 1941, el plomero cómplice de la partera fue capturado e interrogado. No fue hasta ese día que se revelaron las circunstancias de los crímenes y la frialdad con que Felícitas ejecutaba a sus víctimas: Solía bañar a los pequeños con agua helada, les negaba el alimento y cuando les daba de comer, no le importaba usar carne y leche caducas. Cuando los asesinaba, usaba toda una variedad de métodos entre los que iban envenenamiento, asfixia, estrangulamiento, desuello o incluso los quemaba vivos. Ya una vez que los niños fallecían, los descuartizaba y arrojaba los restos a las alcantarillas o en depósitos de basura.
El humo negro que salía de su ventana se debía a que en ciertas ocasiones los quemaba para no dejar rastros. 
Felícitas es capturada ese mismo día junto a su amante, apodado "El Güero"; con quien tuvo a una tercera y última hija en 1939. 

Permaneció detenida hasta junio de 1941, siendo aislada del resto de la población del reclusorio; la cual buscaba hacerla pagar por sus crímenes. En este periodo, Felícitas casi perdió la razón; y su comportamiento se transformó en el de, irónicamente, una niña que solo pedía a gritos que la dejaran salir de la cárcel. 
Felícitas salió libre gracias a que su abogado amenazó con revelar la lista de clientes de la mujer; entre los cuales aparecían figuras de la política y el medio artístico. Además de ello, los restos humanos usados como evidencia desaparecieron misteriosamente de los almacenes de la policía. No se le encontró culpable de asesinato; solo se le achacaron los cargos de aborto, inhumación ilegal de restos humanos, delitos contra la salud pública y negligencia médica; que fueron suficientes para que pudiera salir bajo fianza.
El ex-esposo de Felícitas, Carlos Conde, cubrió la fianza de seiscientos pesos; que en el día actual equivaldrían a casi seiscientos mil (cerca de cincuenta mil dólares).

Últimos días y muerte.
Pese a salir libre, todo el estilo de vida que había disfrutado en los últimos años se fue por el drenaje. La opinión pública la repudiaba, sus vecinos la atacaban y sus clientes jamás volvieron a verla. Sabiendo que había perdido todo, el 16 de junio se suicidó tomando una sobredosis de Nembutal durante la madrugada.
Se sabe que su hija quedó bajo la tutela del estado y creció hasta convertirse en una persona normal.

miércoles, 16 de diciembre de 2015

Desastres naturales y fantasmas.


Japón y el Tsunami:
El 11 de marzo del 2011, un tsunami producido por un poderoso terremoto submarino arrasó la costa de Japón; matando a casi 20,000 personas y desapareciendo a más de 2,000. Desde ese día, varios sobrevivientes de la catástrofe han reportado haber visto fantasmas rondando por las calles.
El periodista Kahoku Shimpo ha recopilado una gran variedad de historias: Una madre perdió a su hijo durante la inundación y al poco tiempo comenzó a darse cuenta de que los juguetes del niño se movían solos. Un taxista con un pasajero que desapareció a medio camino, y que prosiguió su ruta para encontrar que el destino del pasajero era un lote vacío. También algunos bomberos de Tohoku continuaron respondiendo llamadas provenientes de una cierta calle, encontrándose con que todas las casas ahí habían sido destruidas por la ola.
De acuerdo a Shimpo, varios médicos de la zona concuerdan co que 20% de los pacientes que han tratado desde entonces han visto fantasmas del Tsunami. 

Los huérfanos de St. Mary:
El huracán de Galveston en 1900 es el mayor desastre natural del que se tiene registro en la historia de los Estados Unidos. De las casi 12,000 muertes, se sabe que alrededor de 100 fueron de niños que vivían en el asilo St. Mary para huérfanos; donde hoy existe el hotel Galvez.
El personal del hotel cuenta relatos sobre luces que se prenden solas, platos que se rompen misteriosamente, voces desencarnadas y una novia fantasma en el hotel 501. Algunos más creen que una monja fantasmal camina por la playa cuando una tormenta amenaza Galveston.

Espíritus de Chile:
El 27 de Febrero del 2010, un terremoto masivo afectó el país de Chile, matando a cientos de personas. En la localidad de Constitución, se han visto sombras cerca de un puente donde 12 personas fallecieron ese día; así como pisadas inexplicables y susurros en la oscuridad. 
Dos meses después del incidente, algunos diarios chilenos reportaron que los sobrevivientes de áreas afectadas aún escuchaban los gritos de auxilio provenientes de un bosque donde 30 personas murieron mientras acampaban.
Años antes, el 18 de junio de 1991, una avalancha súbita azotó la localidad de Antofagasta, matando a cien personas y dejando a miles sin hogar. De acuerdo a los rumores, algunas víctimas del desastre aún rondan Antofagasta y otras poblaciones cercanas: En el 2005, el periódico "Las Últimas Noticias de Santiago" reportó que en Villa los Salares podían escucharse gritos y sollozos durante las noches.
Se habla también de un niño fantasmal vestido de blanco, el cual recorre la villa durante la noche.

Nicolas McCabe:
El 20 de mayo del 2013, un tornado de categoría F-5 casi aniquiló el pueblo de Moore, en Oklahoma. De las 24 víctimas, 7 fueron niños de una escuela primaria de la localidad; uno de ellos un niño de nueve años llamado Nicolas McCabe.
En noviembre de ese año, una estación noticiosa de Oklahoma reportó que el padre de Nicolas dijo que el niño había aparecido en una fotografía tomada el Cuatro de Julio. En la imagen se aprecia a la prima de Nicolas, Madison, jugando con cohetes mientras que la imagen de un niño transparente flota al fondo. De acuerdo con Scott McCabe, el espíritu de Nicolas continúa visitando a su familia.

La mujer fantasma de Wellington:
El primero de marzo de 1910, una avalancha mató a 96 personas en Wellington, Washington. Muchos de los cuerpos no pudieron ser recuperados hasta 21 semanas luego del siniestro; el cual fue considerado como la peor avalancha en la historia estadounidense.
La leyenda reza que una mujer espectral pasea por el depósito de trenes de Wellington, silbando y cantando antes de desaparecer y reaparecer en otro lado. Se escucha también el ruido de niños jugando, gritos desencarnados y voces en la oscuridad. 

El soldado y la niña:
El 16 de septiembre del 2005, durante el proceso de evacuación posterior a la destrucción de Nueva Orleans por el huracán Katrina; un soldado de la guardia nacional dijo haberse encontrado con una niña fantasma mientras dormía en una escuela abandonada.
El militar despertó a mitad de la noche y encontró a una niña de pie en la puerta de la habitación donde pasaba la noche. Otro guardia dijo haber escuchado a una pequeña riéndose, mientras que uno más persiguió a una sombra que corría hacia un baño durante la noche.

La playa de Pataong:
De acuerdo con una página web de noticias australiana, un guardia de seguridad en la playa de Pataong, Tailandia, renunció a su trbaajo luego de escuchar gritos desencarnados durante la noche. El guardia y otros trabajadores de Pataong pasaron varios días intentando encontrar la fuente de los gritos que pedían ayuda; pero nunca encontraron algo.
En una historia similar, pobladores de Pataong dicen que el fantasma de una mujer extranjera recorre las playas por las noches, llamando a su hijo perdido.
Más de 5,000 personas murieron en Tailandia; varios de ellos turistas que se encontraban vacacionando durante la temporada navideña.

Los demonios de Port-Au-Prince:
A raíz del terremoto que azotó a Haití unos años atrás, comenzaron las leyendas de oscuros monstruos y espíritus que acechaban entre los campamentos de refugiados; secuestrando y asesinando niños. Muchos haitianos están convencidos de que estos espíritus son "Loup Garou", u "Hombres Lobo"; personas poseídas por oscuras entidades y que tienen el poder de convertirse en lobos durante la noche.
El pánico fue tal que se armaron varias brigadas de vigilantes que recorrían las calles por las noches en busca de ladrones y los Loup Garou. 

Lizzie Borden.

Lizzie Borden (1860-1927)
Lizzie Borden es posiblemente una de las asesinas más famosas en la historia de los Estados Unidos. Aunque no haya sido tan prolífica como otras mujeres, es conocida por el salvajismo con el cual mató a su padre y madrastra; y por la especulación surgida en torno a las extrañas circunstancias del crimen en la casa Borden.

Lizzie nació en 1860 en el seno de la familia Borden, una estirpe de exitosos dueños de compañías textiles, propietarios de bienes raíces y banqueros de la época. El padre de Lizzie, Andrew Jackson Borden; era director del Durfee Safe Deposit and Trust Co., y se cree que al momento de morir sus propiedades valdrían lo que hoy equivaldría a más de siete millones de dólares.
Pero pese a su riqueza, Andrew Borden era un hombre bastante conocido por su tacañería. Su casa no contaba con drenaje y prefería vivir en una zona conocida de la localidad de Fall River, Massachussetts para estar cera de su negocio.
Lizzie y su hermana mayor, Emma Lenora Borden, crecieron como personas relativamente religiosas; y la misma Lizzie estuvo involucrada con darle clases de catecismo a los hijos de inmigrantes recién llegados a Norteamérica, en organizaciones cristianas y la WCTU (La Unión Temperance de Mujeres Cristianas); así como otras misiones religiosas.
Andrew Borden se casó al poco tiempo de que la madre de Lizzie y Emma falleciera por complicaciones de salud; esta vez con una mujer llamada Abby Durfee Gray. Se sabe que la relación entre las hermanas Borden y su madrastra no era la más cordial, y que la misma Lizzie creía que Abby se encontraba tras el dinero de su padre. 
En el interrogatorio posterior al asesinato, la doncella de los Borden testificó que Lizzie y Emma rara vez comían con sus padres, y que en 1892 Andrew Borden ordenó que las palomas en la granja de la familia (propiedad de Lizzie) fueran sacrificadas para evitar que los niños locales entraran a la propiedad con el fin de cazarlas con resorteras.
En julio de ese mismo año, Andrew envió a sus hijas de "vacaciones" forzadas a la población de New Bedford. La tensión en la familia se volvió insoportable, en especial luego de que Andrew regalara propiedades de bienes raíces a la familia de Abby; siendo la más grande una casa que la hermana de Abby vendió al poco tiempo por una suma de lo que hoy serían 130,000 dólares.
La noche anterior a los asesinatos, John Vinnicum Morse, hermano de la fallecida Sarah Borden; visitó a la familia para discutir asuntos de negocios con Andrew. Algunos testigos especularon que la discusión sobre una propiedad en particular pudo haber agravado la situación.

El crimen.
El cuerpo de Andrew Jackson Borden.
La mañana del jueves 4 de agosto de 1892, Bridget Sullivan, la doncella de los Borden; se encontraba descansando en su habitación del tercer piso tras haber limpiado todas las ventanas de la casa, cuando a eso de las 11:10 de la mañana escuchó a Lizzie gritando desde el piso inferior:
"¡Maggie, ven rápido! ¡Padre está muerto! ¡Alguien vino y lo mató!"
Lizzie tenía la tendencia a llamar "Maggie" a Bridget, en honor de una doncella anterior. Al llegar a la escena, Bridget encontró el cuerpo de Andrew tendido sobre un sillón, con once profundas heridas producidas por un hacha. Uno de sus globos oculares había sido partido en dos y las heridas aún sangrantes sugerían que el ataque había tenido lugar poco tiempo atrás.
El cuerpo de Abby Borden.
Bridget acudió con una vecina por ayuda, y ya de regreso a la casa se encontraron el cuerpo de Abby Borden tirado boca abajo en el piso de la habitación de huéspedes. Al llegar los agentes policiales, estos sospecharon de Lizzie por la extraña actitud tranquila y las coartadas contradictorias y cambiantes de Lizzie. 
De acuerdo a la investigación forense, Abby pudo haber encarado a su asesino durante el ataque. Fue golpeada con la hachuela en un costado de la cabeza justo por arriba de la oreja. Al caer boca abajo, fue golpeada diecinueve veces más en la parte posterior del cráneo.
En el sótano se encontraron dos hachuelas, dos hachas y una tercera hachuela con el mango roto. Se creyó que esa última había sido el arma del crimen, pues el mango parecía haberse roto recientemente y no tenía polvo en la cabeza a diferencia de las otras armas. 
Esa noche, un oficial de policía vio a Lizzie yendo al sótano e inspeccionando los cajones donde se había colocado la ropa sangrienta de sus padres. El 6 de agosto, una búsqueda extensiva de la casa reveló unas cuantas cosas más; mientras que al día posterior a ese una doncella encontró a Lizzie quemando un vestido en la estufa del horno. Lizzie rápidamente dijo que lo quemaba porque había sido manchado con pintura, y jamás se logró determinar si había vestido con él durante los asesinatos.

El juicio de Lizzie Borden.
El juicio contra la supuesta asesina comenzó el 5 de junio de 1983, determinándose los siguientes puntos:
  • La cabeza de hachuela encontrada en el sótano no pudo ser probada como el arma homicida. 
  • No se halló ropa manchada entre las pertenencias de Lizzie. 
  • De acuerdo a Bridget, Lizzie se encontraba con su padre en la habitación donde este último fue hallado a eso de las 11:00 de la mañana. Simon Robinski, un vecino, testificó que a esa hora había visto a Lizzie dejando el granero detrás de la casa; por lo que la descripción de Bridget no concordaba en lo absoluto.
  • Hubo otro asesinato con hacha en la localidad unos días antes del juicio, aunque se comprobó que el asesino en cuestión no se hallaba cerca de Fall River cuando los Borden fueron asesinados.
  • Se excluyó la evidencia de que Lizzie había comprado un fuerte ácido para limpiar, según ella, una capa de piel de foca; en una farmacia local el día antes de los crímenes.
  • Debido a que se sabía que los Borden se enfermaron poco antes de los asesinatos, se analizaron los contenidos de sus estómagos para buscar rastros de veneno. No se encontró nada.
  • Las cabezas de las víctimas fueron removidas durante la autopsia y los cráneos usados como evidencia durante el juicio (se dice que Lizzie se desmayó al verlas).

El 20 de junio, tras una extensiva consideración, el jurado concluyó que Lizzie era inocente.
Años más tarde, el autor de misterio Ed McBain escribió en su novela "Lizzie", que el motivo de los crímenes podría haber sido que Lizzie fue descubierta teniendo una relación lésbica con la doncella. McBain especuló que Abby Borden encontró a Lizzie y Bridget Sullivan en la cama, y que al verse sorprendida; Lizzie decidió asesinar a su madrastra. Después pudo haberle confesado la verdad a su padre, pero al ver la reacción de desagrado y cólera de este, tomó un hacha y lo asesinó.
Esto concuerda con el rumor popular durante los últimos años de su vida, de que Lizzie era lesbiana y fue abusada sexualmente por su padre durante la niñez. 

Los últimos años de Lizzie.
Luego del juicio, las hermanas Borden se mudaron a un barrio conocido como "La Colina" en Fall River, y Lizzie comenzó a usar el seudónimo de "Lizbeth A. Borden". Al morir tanto Abby como Andrew, la fortuna de este pasó a ser parte de sus hijas; aunque una parte considerable fue usada para pagar ciertos estipendios a la familia de Abbie.
Lizbeth fue atacada por la sociedad constantemente, y en 1897 volvió a la atención pública cuando se le acusó de robar en una tienda de Providence, Rhode Island. En 1905, Emma se mudó luego de un argumento con Lizbeth tras que esta diera una fiesta sorpresa en honor de la actriz Nance O'Neil.
Lizbeth y Emma jamás volvieron a verse.
El primero de junio de 1927, Lizbeth murió de neumonía en Fall River. Nueve días más tarde, Emma murió de una nefritis crónica a la edad de 76 en un asilo de Newmarket., New Hampshire. 

Los fantasmas de la casa Borden.
El Museo Lizzie Borden hoy.
El sitio donde Lizzie mató a sus padres aún existe hasta hoy, y se le conoce como el Lizzie Borden Bed and Breakfast Museum. Los turistas pueden tomar un tour de la vieja casa e incluso pasar una noche en el cuarto donde Abby fue asesinada.
Tanto huéspedes como trabajadores del lugar narran encuentros con lo inexplicable en su interior. Algunos han escuchado los sollozos de una mujer, otros más han visto a una dama de la época victoriana sacudiendo los muebles y acomodando las cobijas en las camas; esto último incluso ha ocurrido mientras hay personas durmiendo en ellas.
Se escuchan pisadas en las escaleras y el piso superior, aún cuando se sabe que la casa está vacía. Las puertas se abren y cierran, se puede escuchar conversaciones en voz baja provenientes de habitaciones vacías e incluso se ven sombras en los pasillos.
Una experiencia en particular es la de un hombre que no creía en los fantasmas y que acompañaba a su esposa de vacaciones. El matrimonio decidió pasar una noche en el hotel, y mientras se encontraba desempacando, volteó a ver la cama y se encontró con que las cobijas habían sido desacomodadas como si alguien se hubiese acostado; pese a que el hombre estuvo en la habitación y no hubo forma de que alguien pudiera entrar. 
Al acercarse, notó con horror que las cobijas no solo presentaban pliegues que coincidían con las curvas de un cuerpo humano, si no que en la almohada claramente se veía un hundimiento como si alguien hubiese recostado la cabeza en ella.